GARNACHA
De la mano de
Exclusivas Mauro, nos adentramos en el apasionante mundo de los vinos elaborados con uva Garnacha. Cito un artículo de José Peñín: “¿Quién apostaba por la garnacha hace 25 años? Nadie. Frente a la envidia hacia unas uvas inalcanzables como eran las bordelesas, la tempranillo solo florecía como un patrimonio de ese rioja vestido de frac que todas las zonas españolas querían imitar. El vino con boina era la garnacha, esencia de cisternas, garrafones, vasos tabernarios y consorte de la blanca airén en tierras manchegas. Era el retrato de la España del granel, del vino anónimo”. Fue una variedad denostada, vilipendiada, arrancada, sustituida por la sin par Tempranillo. Pero no todos los terruños son iguales, ni las vides, ni las variedades de uva, ni tan siquiera las personas. Cada variedad se comporta diferente según el suelo, el clima, el viticultor...¡Que nos tengan que decir los de afuera lo bueno que tenemos aquí!
“Hoy felizmente nos reencontramos con esta uva nuestra. Se ha descubierto que la garnacha fue la víctima más sufridora de los miedos y de las malas elaboraciones de antaño. La fermentación controlada nos descubrió unos aromas llenos de fruta y carácter que pueden perdurar más tiempo en los depósitos; las maceraciones largas y un mayor control de las mismas nos desvelan unos colores y unos taninos más sólidos, facilitando unas crianzas más seguras que las de antaño. Es cierto que la garnacha no comulga con elevados rendimientos y la viña debe tener sus años para ofrecer complejidad y riqueza de matices. Sin embargo, es una vinífera que recoge el carácter del suelo y del entorno de un modo más nítido que otras variedades, hasta el punto que podemos contemplar toda una serie de retratos diferentes de la misma uva que parecen proceder de variedades distintas”.Así hemos catado:
•
MEDIODÍA. Rosado tradicional de lágrima, de Bodegas Inurrieta, de la D.O. Navarra. De inconfundible color rosa de gran viveza, con matices violáceos. La Garnacha en una visión moderna, especial, creativa y sin complejos. Aromas a pétalos de rosa, cerezas, guindas y fresas. La crianza sobre lías finas durante cuatro meses ahonda en las sensaciones de untuosidad y suavidad en la boca. Balance y frescor.
•
LA GARNACHA SALVAJE DEL MOCAYO. I.G.P. Ribera del Queiles. Un vino que sorprende por su redondez y ju7ventud. Tras una crianza de cinco meses en barricas nuevas de roble francés, este vino expresa todas las cualidades de la Garnacha en esta zona del Valle del Ebro. Un vino afrutado, fresco y de tanino dulce capaz de satisfacer a los amantes de una variedad que poco a poco recupera su protagonismo.
•
LA GARNACHA OLVIDADA DE ARAGÓN. D.O. Calatayud. Tras 17 días macerando en depósitos de hormigón y 10 meses de crianza en barrica de roble francés, esta Garnacha procedente de viñedos viejos, con poca producción, nos da aromas torrefactos, a cacao y frutas del bosque. Taninos amables y maduros, que denotan el bajo rendimiento de este viejo viñedo aportando una boca plena y sabrosa.
•
LA GARNACHA FOSCA DEL PRIORAT. D.O.Ca. Priorat. Un vino que aúna perfectamente la mineralizad típica de los vinos del Priorat, con una fruta fresca y sabrosa, cuyo resultado es un vino complejo, pero rico y fácil de beber al mismo tiempo. De color Burdeos, con notas de juventud y de crianza. Aromas a pizarra, fruta roja. En boca es un vino rico y sabroso, equilibrado entre la elegancia y finura, la complejidad y la longitud.